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» » » Las etapas de transición se las inventó Carlos de Andrés. Montserrat.

Cansados pero contentos por el recibimiento.

Que el encargado de seguridad del Monasterio de Montserrat, Jesús Alcantarilla, nos diga “pedid lo que queráis y se os concederá”  es la fiel expresión del nivel de exigencia e ilusión con la que se ha preparado nuestra visita hoy al segundo de los santuarios de la Ruta Mariana donde hacíamos final de etapa. 

Hoy si, entrada en España, en bicicleta.
No quisiéramos empezar esta entrada de otra manera que mostrando nuestra eterna gratitud al Padre Abad Josep M. Soler, al capitán de la guardia civil Francisco Soto Pérez y por supuesto al propio Jesús Alcantarilla, ya que sin la ayuda de los cuales nunca hubiera sido posible organizar una llegada al Santuario de Montserrat como esta,  a la altura de una persona que con humildad, ilusión y empeño un día decidió empezar una aventura de tal envergadura como la que nos ocupa. Dicen que los sueños sueños son, pero pienso que si uno no cree en lo que sueña seguramente jamás llegue a conseguirlo…

"Emboscada" antes de llegar al Santurario.
Foto de la llegada a Montserrat.
Después de la dureza de la jornada de ayer el recorrido de hoy era bastante mas fácil, incluso Guti se lo había tomado como un día de transición ya que el terreno era bastante favorable hasta los últimos 20 km donde si sabía que se iba a encontrar con una zona de repechos bastante dura; la media horaria después de la 3h de pedaleo, 37 km/h , nos alejaba de cualquier definición de la palabra transición. Retrasados por los muchos saludos recibidos de compañeros esta mañana en la Seu y en el paso fronterizo hacia España después de la salida en Andorra, nuestro amigo peregrino no tenía otra opción que la de forzar la máquina para llegar a la hora prevista a
Montserrat donde nos estaban esperando.

Tras parar en Manresa y sufrir lo indecible en los kilómetros finales hacia Montserrat, entrábamos hasta la misma puerta del Santuario, donde nos esperaban el capitán Soto y Jesús Alcantarilla, y en el que una vez cambiados y duchados se realizaba una ofrenda floral a la Virgen de Montserrat. Antes de eso, revivíamos los momentos pasados en Asís y asistíamos a una ceremonia muy bonita dentro del Santuario con los monjes, aquí benedictinos, que posteriormente y al igual que en Asís, nos invitaban a cenar con ellos.


Tras la cena, algunos de ellos nos contaban algunas historias sobre Montserrat como cuando hace mucho tiempo unos pastores, advirtiendo la presencia de una extraña luz, encontraban la imagen de la Virgen en lo que ahora es la Santa Cova; lo sorprendente de la historia fue que cuando intentaron llevársela de la cueva poco a poco la Virgen comenzó a hacerse mas y mas pesada, llegando al punto de no poder moverla mas Esto, interpretado por los pastores como una señal divina, fue la clave para que el Santuario de Montserrat que hoy en día conocemos  haya sido construido en ese preciso lugar.
Vista de una parte de la roca de Montserrat.
Patio interior de la Basílica.


En compañía de Asensio, guardián de la tranquilidad de la noche en el Santuari de Montserrat, y con la mente ya en la etapa de mañana hacia Torreciudad, nos despedimos y agradecemos de nuevo a todos los que han hecho posible la culminación de un día aquí en Montserrat, que seguramente nos cueste volver a repetir...

Hasta mañana!

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Peregrinación de Roma a Santiago en bicicleta de Agustín.
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